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martes, 5 de febrero de 2013

MICOTOXINAS CARCINOGENAS: CEREALES Y CARNE DE CERDO CONTAMINADOS CON OCRATOXINA A

Por Salvatore Scimino
29 de enero de 2013


Así como están las cosas del hombre, ser civilizado equivale a alimentarse a base de productos procesados repletos de aditivos y conservantes y contaminados con micotoxinas y microbios y después tomar diariamente unos 8-10 medicamentos para enfermedades y 1-2 más para contrarrestar los efectos secundarios de los anteriores.


Bebé comiendo pizza. Fuente: CNN México



Dicen que por la boca muere el pez. Lo mismo le pasa a los humanos (Homo insapiens) con sus dietas modernas, adulteradas y plastificadas. Lo que entra por su boca en lugar de alimentarles puede resultar dañino para su salud, acelerar su paso por este mundo, convertirles en ganancia para la funeraria rápidamente y finalmente, después de tanto machacar la Madre Tierra, sirvir de pasto para las bacterias en la tumba. 

Aunque el hombre se crea el rey o el dios de la creación, es una simple bestia mortal. Es un turista en la Tierra y su paso, desgraciadamente, se nota: arrasa con todo lo que se le ponga por delante (Video 1).



                            Video 1. Homo sapiens, el destructor.



No queda nada académico, pero hay que decir la verdad. A este primate primitivamente neoténico (Homo sapiens) le encanta comer mierda! Mucha mierda!

Se preocupa de alterar y modificar hasta la última molécula de sus alimentos por medio de tecnologías y biotecnologías alimentarias, luego los atiborra de aditivos y conservantes para que duren mil años en las estanterías de los supermercados y finalmente los empaqueta con apariencia atractiva para seducir a los consumidores (Fig. 1).



Figura 1. Alimentos procesados e industrializados. Fuente: nutricion.pro



Naturalmente, su cuerpo sufre la embestida de estos molotovs de la industria alimentaria. Incluso su coeficiente de inteligencia se viene a pique antes de que cumplas 8 años. Consecuentemente, tu desayuno favorito puede ser tu enemigo número uno. Todo depende de lo que comas. 

Si eres uno de esas personas que comienzas el día atiborrándote de salchichas de cerdo, jamón, cereales plastificados y un vaso de leche o zumo de naranja, también plastificados, y para la cena te zampas otro trozo de carne de cadáver de animal torturado, además de estar cargados de aditivos, conservantes, emulgentes, saborizantes y quién sabe que otras mierdas (dejemos de lado el lenguaje académico), lo que ingieres en el desayuno, cena o a lo largo del día, podría estar contaminado con metabolitos de hongos peligrosos para tu salud. Metabolitos denominados micotoxinas.

De hecho frecuentemente lo están. 

Las micotoxinas

Las micotoxinas (Fig. 2) son productos secundarios (metabolitos) producidas por hongos filamentosos durante la digestión. Los hongos producen estas sustancias como mecanismos de defensa  contra otras especies de hongos, bacterias y otros microorganismos en el medio ambiente.



 Figura 2. Estructura química de las principales micotoxinas. Fuente: Abrunhosa et al. (2012).



Algunas micotoxinas, por ejemplo, la penicilina, son sustancias muy importantes en la medicina. Otras son extremadamente tóxicas (aflatoxina, citrinina, fumonisinas, etc.)  (Tablas 1) y peligrosas para la salud humanos y animales domésticos (Tabla 2). Si las comparamos con los pesticidas utilizados en la agricultura o los aditivos y conservantes añadidos a los alimentos para consumo humano o piensos para animales, presentan un mayor riesgo para la salud. Su efecto puede ser carcinógeno, mutagénico, teratogénico, citotóxico, neurotóxico, nefrotóxico, estrogénico e inmunodepresor (Abrunhosa et al., 2012).


Tabla 1. Principales hongos y micotoxinas, según la FAO (1994).
Mould species
Mycotoxins produced
Aspergillus parasiticus
Aflatoxins B1, B2, G1, G2
A. flavus
Aflatoxins B1, B2
Fusarium sporotrichioides
T-2 toxin
F. graminearum
deoxynivalenol (vomitoxin)
zearalenone
F. moniliforme
fumonisins
Penicillium verrucosum
ochratoxin A



                   

Tabla 2. Efectos clínicos de las micotoxinas en los cerdos. Fuente: T & V




Se calcula que 4.5 billones de personas de la población humana alrededor del mundo está expuestas a micotoxinas, las cuales pueden ser encontradas en climas templados y continentales, incluyendo los trópicos (Weidenbörner, 2011).

Bajo ciertas condiciones ambientales, por ejemplo temperatura de 15ºC o menos y 12-19 % de humedad, los hongos pueden infectar los cereales (trigo, maíz, centeno, avena, etc.), frutas (frescas o secas), hortalizas, café, té, cacao, maní, especias, entre otros productos de la agricultura. También contaminan los productos lácteos, los huevos y las carnes de todo tipo (Tabla 3).



Tabla 3. Principales especies micotoxigénicas, alimentos afectados y micotoxinas que producen. Fuente: Abrunhosa et al. (2012).



 Hasta la fecha se conocen unas 300 especies de hongos que pueden producir micotoxinas. De éstas son sólo cinco las que con más frecuencia contaminan los alimentos con micotoxinas a niveles peligrosos o letales: Alternaria, Aspergillus, Claviceps, Fusarium y Penicillium.

Desde el punto de vista toxicológico, ocratoxina A, es una de las micotoxinas más importantes.

Ocratoxina A

Ocratoxina A (OTA) es una de las micotoxinas más peligrosas para la salud de los humanos y los animales. Esta toxina es un compuesto químico de dihidrocoumerina y fenilalanina, un amino ácido (Fig. 3). 



Figura 3. Estructura química de Ocratoxina A. Fuente: Agrihunt.




La OTA ocurre de manera natural en los alimentos de humanos y de animales. Puede estar presente como contaminante en los cereales (trigo, centeno, maíz, mijo, etc., incluyendo aquellos de desayuno) y sus derivados (salvado y germen de trigo, germen de arroz, etc.), frutos secos, nueces, productos lácteos, judías, habas, soja, alfalfa, cacao en polvo, piensos para animales (vacas, caballos, cerdos, pollos, conejos, perros, gatos), maní, productos de palmeras, avena, semillas de girasol, dulces y golosinas, bebidas gaseosas, entre otros (Tabla 3).

De los cereales, el centeno es más fácilmente contaminado por OTA. Algunos vinos y zumo de uvas también pueden tener niveles peligrosos de esta micotoxina.

La carne de cerdo, incluyendo embutidos, es una de las principales fuentes de OTA. Los cerdos se contaminan a través de los piensos. 

La OTA es absorbida rápidamente a través del tejido epitelial del tubo digestivo y por esta razón es una de las micotoxinas más comunes en la leche de vaca y sus derivados

Las vacas adquieren la OTA cuando comen piensos y heno contaminados con esta micotoxina. Y ellas se la pasan a la leche y los terneros. Así, cuando los humanos beben leche o consumen carne de ternera, ellos adquieren su dosis de OTA.

La leche materna de humanos también contiene OTA. Las madres se contaminan al ingerir alimentos que están contaminados con OTA y pasan esta micotoxina a sus hijos, incluyendo el feto en el útero.

En un estudio de los hábitos alimenticios de 130 mujeres realizado por Biasucci et al. (2010) en el Departamento de Obstetricia y Ginecología del Hospital "G. da Sliceto" en Piacenza, Italia, en 2007, los investigadores encontraron que ellas consumían un promedio diario de ocratoxina A que oscilaba entre 1.02 y 0.87 nanogramos/kg de peso corporal, para italianas y no italianas, respectivamente. La OTA fue detectada en las muestras de suero (99%) y la leche materna (78.9%). Las fuentes alimenticias principales de OTA fueron: carne de cerdo, bebidas gaseosas, dulces, vino tinto y aceite vegetal.

Otra fuente importante de OTA es la carne de pollo y sus derivados, la carne de caballo, conejo, pato, pavo, avestruz, codorniz y bisonte de factorías.

El Comité Conjunto de Expertos en Aditivos de la FAO/WHO ha establecido un provisional consumo tolerable semanal (PTWI) de 112 nanogramos/kilogramo b.w. (peso corporal) de OTA (WHO, 1991, p. 29-31). 

La Agencia Internacional de Investigación contra el Cáncer (IARC) ha clasificado a la ocratoxina A en la categoría 2B, es decir, con posible efecto cancerígeno en los humanos (IARC, 1993, p. 489-521).

Hongos que producen OTA

Varias especies del género Aspergillus producen OTA. Las más importantes son: A. ochraceus, A. ostianus, A. westerndijkiae, A. steynii, las cuales pueden ocurrir en el café, y A. niger y A. carbonarius, que pueden contaminar las uvas. 

La ocratoxina A fue reportada como metabolito de la especie de hongo denominado Aspergillus ochraceus por primera vez por Merwe et al. (1965), de donde deriva su nombre.

Dos especies del género Penicillium producen OTA: P. verrucosum, común en los cereales y sus productos derivados, y P. nordicum, común en productos cárnicos como jamones, embutidos, salchichas, etc. 

Alimentos fermentados y de alto contenido de sal también pueden contener OTA. 

Ambas especies de hongos (P. verrucosum, P. nordicum) ocurren en los quesos.

La OTA no es destruida por el proceso de la preparación de los alimentos, aguanta el calor y pasa al cuerpo donde se acumula. 

OTA es nefrotóxica (daña los riñones), hepatotóxica (daña el hígado), teratogénica (produce defectos de nacimiento), genotóxica (daña ADN), neurotóxica (daña el sistema nervioso), carcinógena e inmunodepresora (suprime el sistema inmunológico).

La Tabla 4 muestra los efectos de la OTA observados en animales de laboratorio, según la Organización Mundial de la Salud.




Tabla 4. Sumario de los efectos observados en estudios de animales de laboratorio después de la administración de la ocratoxina A. Fuente: Who (1991).



Nefropatía crónica en los humanos ha sido asociada a la OTA en algunas áreas de los Balcanes.

Se reconocen dos mecanismos de acción de OTA. Un mecanismo actúa inhibiendo la sintesis de proteínas y otro acentúa la producción de radicales libres reactivos de oxígeno por medio de la peroxidación de lípidos (Flament, 2002).

Cáncer de testículos

El consumo de cereales y carne de cerdo contaminados con OTA está causando una epidemia de cáncer de testículos en los países nórdicos, según el estudio de Schwartz (2002). 

Los piensos de los cerdos generalmente están contaminados con ocratoxina A y ésta pasa a la carne y de aquí al consumidor.

Resumiendo, altos niveles de OTA son encontrados en alimentos derivados de animales, especialmente productos elaborados a base de carne de cerdo, y en los cereales y productos de cereales (Tabla 3).

El Homo insapiens es un mierdívoro

Tanto ir y devenir y tantas guerras, carnicerías y derrames de sangre a lo largo de la historia para lograr una civilización donde el hombre (Homo insapiens) se alimenta de mierda, contamina con mierda y se baña en mierda (Fig. 4). Mucha mierda! 

Figura 4. Río Ganges en la India. Fuente: Eco13



La gran civilización del hombre moderno es un tremendo mierderío (Video 2). 

 
                 Video 2. La fabulosa historia de la caca, en el nombre de la rosa.



El Homo insapiens es un mierdívoro


Referencias

Abarca M. L., Bragulat M. R., Castellá G. & Cabañes F. J. (1994). Ochratoxin A Production by Strains of Aspergillus niger var. niger. Appl. Environ. Microbiol., 60 (7): 2650-2652. 

Abrunhosa L., Morales H., Soares C., Calado T., Vila-Chä A. S., Pereira M. & Venancio A. (2012). Micotoxinas detectadas en productos alimenticios en Portugal: Revisión. Rev. Bio Cienc., 2 (1), Año 3: 5-31.

Biasucci G., Calabrese G., Di Giuseppe R., Carrara G., Colombo F., Mandelli B., Maj M., Bertuzzi T., Pietri A. & Rossi F. (2010). The presence of ochratoxin A in cord serum and in human milk and its correspondence with maternal dietary habits. Eur. J. Nutr., DOI 10.1007/s00394-010-0130-y.

FAO (1994). Grain storage techniques: Evolution and trends in developing countries. FAO Agricultural Services Bulletin 109. Rome, Italy.

Flament I. (2002). Coffee Flavor Chemistry. John Wiley & Sons, Ltd, Wear Sussex, UK. 410 p.

Frisvad J. C., Frank J. M., Houbraken J. A. M. P., Kuijpers A. F. A. & Samson R. A. (2004). New ochratoxin A producing species of Aspergillus section Circumdati. Stud. Mycol., 50:23-43. 

González-Osnaya L., Soriano J. M., Moltó J. C & Mañes J. (2007). Dietary intake of ochratoxin A from conventional and organic bread. Int. J. Food Microbiol., 118 (1): 87-91.

López de Cerain A., Jiménez A. M., Ezpeleta O. & Bello J. (n.d.). Efectos tóxicos de ocratoxina A. www.adiveter.com, 24 p.

Magan N. & Olsen M. (Eds.) (2004). Mycotoxins in food. Detection and control. CRC Press, Boca Raton, FL, USA. 471 p.

Merwe K.J. van der, Steyn P.S., Fourie L., Scott D.B. & Theron J.J. (1965). Ochratoxin A, a toxic metabolite produced by Aspergillus ochraceus Wilh. Nature, 205: 1112-1113.

Pitt J. I. (2000). Toxigenic fungi: which are important? Med. Mycol., 38 Suppl. 1: 17-22.

Ravelo Abreu A., Rubio Armendáriz C., Gutiérrez Fernández A. J. & Hardisson de la Torre A. (2011). La ocratoxina A en alimentos de consumo humano: a revisión. Nutr. Hosp., 26 (6): 1215-1226.

Schwartz G.G. (2002). Hypothesis: Does Ochratoxin A cause testicularcancer? Cancer Causes and Control, 13: 91-100.

The Commission of the European Communites (2005). Commission Regulation (EC) Nº 123/2005 of 26 January 2005 amending Regulation (EC) Nº 466/2001 as regards ochratoxin A. Offic. J. Eur. Union, I.25: 3-5. 

The Commission of the European Communites (2006). Commission Regulation (EC) Nº 1881/2006 of 19 December 2006 setting maximum levels for certain contaminants in foodstuffs. Offic. J. Eur. Union, I.364: 5-24.

Weidenbörner M. (2007). Mycotoxins in Feedstuffs. Springer, New York, NY, USA. 305 p.

Weidenbörner M. (2011). Mycotoxins and their Metabolites in Humans and Animals. Springer, New York, NY, USA. 494 p.

WHO (1991). Evaluation of Certain Food Additives and Contaminants: Thirty-seventh report of the Joint FAO/WHO Expert Committe on Food Additives. WHO Technical Report Series Nº 806: 1-49. 


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