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martes, 21 de mayo de 2013

MUNDO TRANSGENICO: FRANKEN-ANIMALES, LA MODA CALIENTE EN UN MUNDO CALIENTE

Por Salvatore Scimino & Henri Cagnengues
21 de mayo de 2013


Frankenhumana (Homo ciborgiana Fuente: Aquaflash



Un día en un futuro lejano, la biotecnología permitirá a los frankensteins de la ciencia crear niños a las medidas y especificaciones de los padres y fabricar mascotas quiméricas al antojo de la gente. Por supuesto toda vez que tengan suficiente dinero para darse estas excentricidades.

Los avances de la ingeniería genética han traído al mundo trigo, arroz y soja transgénica, tomates, vacas y cerdos con genes humanos, salmones con genes anticongelantes de peces de la antártida, gatos y ratones fosforescentes... en fin, una multitud de bichos de ciencia ficción. 

Lo que está aún por llegar, que conociendo a la mayoría de humanos que pasan encima de la ética con tal de hacer dinero, es un mundo frankensteinizado, una Franken-Tierra, poblada por frankenanimales y frankenplantas y abundantes "fucked up" frankenhumanos. 

Las mascotas quiméricas del frankenvecindario

En una mansión del vecindario de los ricos amantes de los GM (modificados genéticamante) animales se destaca una estructura enorme de tejado negro, paredes rojas y azules, llena de torretas redondas que recuerdan las nalgas de las venus prehistóricas de Europa. Esta cosa estrombótica que tiene enfadados y aterrorizados a los vecinos está rodeada de una verja alta de hierro con figuras de las escenas del infierno de Dante.

Aquí viven Alforjón Cojonazzo Lanzapedi y su coqueta mujer llamada curiosamente Buena Perapeluda Mortolana. Son los más ricos del barrio donde abundan los animales más extraños del mundo (Fig. 1), parecen sacados de las pesadillas de los locos del manicomio que está arriba en la colina de la colonia de medio-humanos


Figura 1. Quimera de mono, armadillo y avispa. Fuente: Aquaflash




Ambos sueñan con añadir algo que mantenga en vilo a los vecinos. Así es que un día Alforjón y su mujer Buena se van a la oficina del médico y biotecnólogo el Dr. Toribio Huevoski y le indican que ellos desean tener unas quimeras en su casa. Hablan sobre el asunto en privado más de una hora y al final llegan a un acuerdo. El científico se pone de camino al biolaboratorio para lograr su encargo. Va contento porque su comisión será de 10 millones de euros.

Ella desea un frankenbebé, el cual será una sorpresa para Alforjón, y éste desea un frankengallo para irse de paseo por el vecindario de millonarios que a estas altura son mitad humanos y mitad silicona y titanio y polímeros.

Alforjón y Buena no quieren quedarse atrás pues ya todos su vecinos adornan sus hogares con frankenanimales. Alforjón está empeñado no en tener el mejor coche, pues estas cosas ya están pasadas de moda, sino que el mejor frankenanimal, la nueva moda.

Al cabo de seis meses, el deseo de Alforjón Cojonazzo se ha convertido en una realidad y se pasea en el vecindario más cojonudo de lo que ya estaba, pues maneja una talega de buenas inversiones en la Bolsa de Frankenanimales y la otra que se la tiene reservada para su mujer en las madrugadas, cuando el perro de su vecino se pone a ladrar asustado y desesperado por los gemidos de Buena cuando grita que está buena la buena cosa de su buen marido. Alforjón se siente más gallo al lado de su frankengallo (Fig. 1).

Figura 1. El frankengallo. Fuente: Gawker



La señora Buena Perapeluda tiene que esperar tres meses más pues la madre alquilada aún no ha parido el frankenbebé. 

Pasan los días y poco se enteran que había llegado la fecha tan esperada. Ella recibe una llamada del Dr. Huevoski en la cual le confirma que el frankenbebé ha llegado sano y salvo tal como ella lo quería. Buena ordena al chofer que le lleve inmediatamente al laboratorio para recoger el recién nacido. Sonríe pensando en la sorpresa que le dará a su marido. 

Vuelve a casa y busca a Alforjón. Lo encuentra hablando por teléfono con el Dr. Huevoski. Le acaba de encargar una frankengallina (Fig. 2) para su querido frankengallo. 


Figura 2. Un par de frankengallinas. Fuente: ARMANDOBRONCA.COM


Justo cuando él cuelga dirige la mirada hacia la puerta de la oficina y ve allí a su mujer con la sorpresa en los brazos (Fig. 3). Y él grita cuando lo ve:

-¡Por los cojones de mi frankengallo! 

Y añade al ver al curiosos bebé: ¿Y ésto qué es?

Buena le contesta: !Es un bebéchupachups, tonto!!! ¿Te gusta?

Alforjón, sorprendido pero contento pensando que nadie tiene un bebé como el que ella arrulla tiernamente en su regazo le contesta:

- ¡Sí que me gusta. Nadie tiene uno así en nuestro vecindario!! 



Figura 3. El bebé sorpresa. Fuente: rrrojer.net
 

Y es que los primates hacía 50 años que se habían extinguido y nadie se acordaba de ellos. Sólo los sacerdotes de los biolaboratorios sabían cómo eran los primates. Los conocían muy bien pues ellos se habían encargado de exterminarlos para congelarlos. 

Eran tiempos cuando toda la naturaleza había sido machacada hasta el tope y ya casi no había humanos normales. Todos eran frankenhumanos. Era el año 2122.

Los frankenhumanos vivían todo el día con sus sesos enchufados a aparatos electrónicos mirando mundos virtuales y un fino tubo conectado a sus estómagos por el cual fluía un líquido verde oscuro y otro zampado en sus culos, una manguera de doble función: estimulación de la autopista Cero, es decir la caverna colorectal, y como tubo de escape. 

La mierda sega siendo apestosa, pueda que más por los cocidos y mejunjes alimentarios plastificados con los que los frankenhumanos se alimentaban. Las heces salían con un tono morado con pequeñas burbujas doradas por el oro de las nanocápsulas que tomaban para el desayuno. 

La mierda frankenhumana no la tiraban. La recogían en aparatos especiales y la vendían a los laboratorios para que reciclaran el precioso metal.  

La extracción del oro de la mierda y el reciclaje del gas de los pedos verdes, pues los frankenhumanos eran sumamente pedorros, eran unos de los pocos circuitos de reciclaje que se les habían ocurrido montar. Esta gente que ya no era gente estaba degenerada.

Una de sus bebidas favoritas era el agua reciclada enriquecida con extractos de células de frankenhumanos cultivadas y chatarra pulverizada y enriquecida con proteínas fabricadas a base de ollín de fábricas y de mierda de frankenanimales

Aparte de esto, los frankenhumanos eran igual de estúpidos, especialmente en cuestiones ecológicas, como sus antepasados del siglo XXI

De repente afuera sonó un estruendo que parecía una locomotora que se aproximaba. Era el canto del frankengallo de Alforjón que daba la hora. Eran las cuatro y media de la mañana. El marido de la señora Buena se dió la media vuelta en la cama y se puso a trabajar, con mucho cuidado para que no se le despegara el tubo que tenía clavado en el culo.   

La cama traqueó y tembló como arena movediza. El taladro de Alforjón perforó donde debía y se oyó un cierto ruidito que sonaba como agua agitada en una botella. La cosa de Buena estaba ciborgizada por lo que tenía un cable enchutado en sus sesos que estaba conectado abajo con la pera reproductora. Fue así como ella se enteró que el torpedo había explotado y su cerebro respondió al mismo tiempo con un alarido gargaroso robotizado.

El berrido de Buena arrebató el sueño de salchichas de carne podrida del frankenperro del vecino y se puso a ladrar desesperado como loco

Por lo demás las cosas seguían igual en el frankenvecindario. Amaneció, se hizo un poco tarde y los frankenhumanos iban y venían, hablaban todo el tiempo sin sentido cuando estaban desconectados y se fijaban mucho en cada frankenanimal con ojos llenos de envidia. Estaban todos frankenchiflados hasta las frankenagallas.

Y quién lo iba a decir que sucedió lo que nadie se esperaba. La llegada de un frankenmundo. Lo recibieron con los brazos abiertos como tontos descerebrados con sesos de mierda. Cuando el cambio sucedió todos estaban dormidos y seguían dormidos. 

Hasta aquí llegamos con este mundo imaginario, una realidad personal, porque por un momento ha tenido realidad mental y los pensamientos son proteínas, las cuales tienen realidad física. 

Ahora pasemos a otra realidad, la realidad compartida por los humanos, donde coincidimos en conjunto, al menos con el software cerebral llamado "lengua castellana"

Veamos lo que hay en la realidad científica, ya plasmada y por plasmarse. 


La construcción de una frankenmundo

La  ingeniería genética tal como se aplica en la actualidad, pues el hombre ya lleva varios siglos practicándola tradicionalmente para mejorar las razas y variedades similares de animales y plantas domésticas, es el proceso por medio del cual los genes de una especie son transferidos a otra especie diferente, siguiendo protocolos controlados y con objetivos específicos.  

Esta controversial técnica (Fig. 4) permite a los científicos la posiblidad de construir  nuevas especies violando las barreras interespecíficas genéticas de los seres vivos y sobrepasando en cierta manera a la naturaleza, donde diferentes especies no se pueden cruzar debido a que cada especie ha desarrollado evolutivamente diferentes mecanismos de aislamiento de tipo genético [ej., prezigóticos, el esperma penetra pero huevo no es fertilizado; o postzigóticos, la fertilización ocurre pero el embrión no se desarrolla o si nacen, son estériles)], mecánicos (ej., los insectos, los aparatos genitales no encajan), conductuales (ej, aves, no se entienden si se juntan) o químicos (ej, el pólen perece al caer en el estigma de la flor o si penetra en el estilo del ovario, muere). 



Figura 4. Procedimientos de tecnología de recombinación para derivar organismos transgénicos acuáticos. Fuente: Parekh (2004).


La técnica más común para fabricar animales transgénicos es llamado "microinyección" (Fig. 4). Este método consiste en coger un huevo fertilizado de un animal antes que se haya dividido y se le inyecta ADN transgénico (transgenes) por medio de una microjeringa especial.

El potencial de la biotecnología está teniendo y va a tener tremendas implicaciones en los campos de la medicina, farmacología, biotecnología, agricultura, industria  y el medio ambiente. 

En Europa, China y los Estados Unidos, la biotecnología es uno de los campos de mayor crecimiento, más dinámicos y prometedores para obtener cuantiosas ganancias a través de frankenproductos (Tabla 2-3) por medio de frankenanimales (Tabla 1).


Tabla 1. Animales transgénicos para uso farmacéutico. Fuente: National Research Council of the National Academies (2002).


Tabla 2. Productos farmacéuticos manufacturados utilizando células de animales transgénicos. Fuente: Whitford (2004).



Tabla 3. Proteínas manufacturadas utilizando céllas de animales trnasgénicos. Fuente: Whitford (2004).



A la vez, también existe el peligro de crear especies transgénicas peligrosas, resistentes a insecticidas o antibióticos o de que bacterias transgénicas se escapen del laboratorio y acaben con la vida sobre la Tierra.  

Este es uno de los motivos por lo que la ingeniería genética es muy controversial, aparte de que con ella se crean quimeras transgénicas tales como cabras-arañas y cerdos-humanos, bacterias-arañas, gusanos de seda-arañas, vacas-humanos, entre otras, de gran interés para la industria. Por supuesto desde el punto de vista económico, como siempre.

Uno de los primeros experimentos modernos utilizando técnicas de ingeniería genética fue la creación de una bacteria con genes humanos.

Para crearla, los biotecnólogos cogieron genes humanos (transgenes, es decir los genes transferidos) que codifican para la producción de insulina y se los metieron a la bacteria Escherichia coli, un microorganismo comensal del intestino en los humanos.

La E. coli incorporó el gen humano como si fuese suyo y lo transmitió a sus descendientes. esto abrió una puerta industrial en la producción de la insulina, dado que la bacteria "humanizada" se puede cultivar en grandes tanques con nutrientes especiales y luego se cosecha el producto, la insulina en este caso (una proteína recombinada) con técnicas especiales en los laboratorios de las empresas industriales. Esta es una manera barata de fabricar insulina, y de eso se trata de hacer dinero y en cuanto más se hace mejor.

Repitiendo, podríamos decir que la ingeniería genética es como una operación de un sastre a nivel molecular. 

Primero se identifica la especie apropiada que interesa desde el punto de vista genético y económico. Después se seleccionan los genes del genoma (ADN total) de esta especie y se cortan utilizando enzimas especiales (enzimas de restricción). Las enzimas de restricción permiten cortar el ADN en específicas secuencias.

En el siguiente paso consiste en tomar estos transgenes y pegarlos al ADN de otra especie intermediaria denominada vector, el cual puede ser un plásmido, un retrovirus o un lentivirus. El vector se encarga de introducir los genes al organismo recipiente.

Si se trata de animales de los phyla superiores, como los vertebrados, los transgenes son introducidos en un huevo fertilizado, el cual luego de inyectado es incubado in vitro e implantado en tejido embrionario antes que las células germinales se separen durante la embriogénesis, o es insertado en una línea germinal misma (Parekh, 2004)

Los genes a transferirse también pueden ser fabricados (biología sintética) en el laboratorio con una máquina, un químico mecánico sintetizador. Esta máquina se encarga de pegar nucleótidos siguiendo las necesarias instrucciones de un ordenador. 

Para introducir los genes también está la técnica de la pistola molecular (biolística), la cual utiliza nanopartículas de oro con los transgenes y se disparan contra el sustrato donde está el ADN huesped. Esta técnica se usa mucho en la biotecnología de plantas.

En la tercera fase, el organismo huesped con los genes ajenos transferidos los hace suyos y los incorpora dentro de su genoma y luego se multiplica produciendo miles de copias, donde cada una de ellas lleva y expresa los genes de la otra especie.

De esta manera, el organismo transgénico expresa una cualidad deseada, como por ejemplo, la resistencia al herbicida glifosato en la soja transgénica, derivada de los transgenes de la bacteria del suelo, la Agrobacterium.

La ingeniería genética ofrece grandes ventajas a la industria. Por ejemplo, la enzima quimosina utilizada en la manufactura de queso vegetariano. La ingeniería genética ha permitido extraer los genes de quimosina del estómago de terneros y transferirlos (los transgenes) a levaduras (Kluyveromyces lactis), las cuales se cultivan en bioreactores (Fig. 5). La quimosina producida por la levadura es 100% pura e idéntica a aquella extraida de los terneros. Ya que esta quimosina es un producto transgénico a base de levaduras, su consumo puede causar alergias en individuos sensibles.


Figura 5. Bioreactor de 500 litros de capacidad. Fuente: Whitford (2004).


Y de hecho hay problemas médicos. Hoy en día se están viendo muchos casos de alergias a los alimentos, especialmente en los niños y personas inmunodeficientes, por el simple hecho de que para la fabricación de estos alimentos, por ser su producción más barata, se han empleado microorganismos transgénicos. 

Tenemos el caso de la vitamina C fabricada utilizando un hongo transgénico, el Aspergillus niger NRRL 2270  a partir de suero de leche, un subproducto lácteo barato y obtenido fácilmente de los campos de concentración y tortura de vacas, las horribles factorías de animales.

La lista actual de las maravillas de la ingeniería genética es larga: arroz dorado (golden rice), creado en 1999, el cual contiene genes de narciso (una planta) y bacterianos que le permiten producir beta-caroteno, un precursor de la vitamina D; maíz transgénico, algodón transgénico, soja transgénica, patatas transgénicas, tomates transgénicos, peces transgénicos, ratones transgénicos... en fín, una amplia gama de plantas y animales frankensteinianos, es decir frankenanimales y frankenplantas, incluyendo un macaco rhesus (Macaca mulatta) llamado ANDi, nacido en 2001, cuyas células portan genes que codifican la proteína GPF (proteína fluorescente verde) que proviene de una medusa marina.


Granjas de frankencerdos y la xenotransplantación 

La ingeniería genética no se ha quedado quieta. Sigue su marcha con la mirada puesta en grandes beneficios económicos. Tienen planes de ciencia ficción.

Ya se habla de establecer granjas para criar  frankencerdos con genes humanos (cerdos-humanos) para que produzcan órganos de transplante (xenotransplantes) para humanos para evitar de esta manera el rechazo inmunológico en los pacientes.

Lo que faltaba! Suficiente tienen ya estos pobres animales como para convertirlos en tu otro tú, encerrados en un chiquero y esperando a que los maten para que tú tengas un corazón, un hígado o riñones, por ejemplo,  de repuesto al fallarte los tuyos y los necesites para seguir con vida, fallos debidos a tus malos hábitos alimenticios, por atiborrarte de comida chatarra o chuletones de cerdo y carne de vacuno o pollo con bacterias peligrosas (Escherichia coli O157:H7), toxinas y grasa.

En el futuro, si tú tienes mucho dinero, según la visión a largo plazo de la ingeniería genética, podrás tener medio hermanos cerdos con secuencias de tu propio ADN, criados en una granja.


Cuando tú necesites un nuevo órgano habrá que matar a tu medio hermano cuadrúpedo, un frankencerdo que contiene tu ADN, y extraer el órgano de repuesto para que te repongan el tuyo. Es decir, el órgano de tu medio hermano será un xenotransplante, y el proceso de zampártelo en la sala de operaciones en el hospital se llama xenotransplantación. Más simple no lo podemos poner. 

Cuando salgas del quirófano, serás un nuevo tú, un Alforjón Cojonazzo Lanzapedi. Serás un frankenhumano.

Pero existe un problema muy serio que hay que superar, según los biotecnólogos frankensteinianos

¿Cuál es? Los xenotransplantes pueden estar contaminados con virus peligrosos. Por lo tanto, si pensabas que ibas a vivir otros 20 años con el xenotransplante, chupopterizando el planeta, resulta que se te ha ido todo al garete. 

Después de la operación quirúrgica, tú podrías acabar contaminado con virus de tu medio hermano el frankencerdo y si no pueden salvarte los frankenmédicos, pronto estarías frío y tieso, muerto, convertido en pasto para las bacterias antes de lo que tú esperabas.

Un cerdo es un universo en sí, como lo es cada organismo en la Tierra. Los cerdos son portadores de bacterias y virus, los cuales normalmente no les afectan a ellos excepto cuando están bajos de defensa inmunológica, por ejemplo, cuando los crían en hacinamiento, entonces estos microorganismos se vuelven un problemas para los granjeros

La Tabla 4 muestra los virus que han sido detectados en los cerdos y que hay que tener en cuenta en el proceso de xenotransplantación. Son los regalos de tu medio hermano, en cierta manera, su venganza por joderlos sin piedad


Tabla 4. Virus de cerdo que deben ser considerados en la xenotransplantación. Fuente: National Research Council of the National Academies (2002).
 



Y a propósito, son los mismos virus con los que te puedes contagiar cuando comes carne de cerdo y sus derivados. Es algo que tú debes de tener en cuenta a la hora de comer cerdo, pues las granjas de porcinos no son sólo campos de concentración y tortura (Video 1) sino que también son criaderos de peligrosos virus y bacterias. 


                                 Video 1. La tortura de cerdos (España).


De lo anterior se desprende que una granja de frankencerdos humanizados para xenotransplantes tendrá un enorme valor en el mercado y la bolsa de valores agropecuarios, por lo tanto su producción conllevará los males de siempre: corrupción, contrabando, bioterrorismo, etc.  

Y a esto, debemos añadir todos los problemas éticos que este frankenmundo traerá consigo.  

Sólo resta decir, ¡Estamos totalmente chiflados!!!

Resumiendo, este asunto de la ingeniería genética (IG) es una auténtica Caja de Pandora, la cual ya ha sido destapada. Tal como lo dice el título del libro escrito por Brendan Curran (2003): "Una terrible Belleza ha nacido". 

Lo bueno a corto plazo tal vez sea atisbado pero lo malo de la IG , nadie lo puede predecir.

Hacia dónde vamos nadie lo sabe, pero considerando en donde estamos ya zampados, persiguiendo una estúpida cuerda económica que se nos ha enredado alrededor del cuello y nos aprieta, con un planeta medioambientalmente deteriorado, entre otros problemas, no hay duda que los frankencientíficos nos llevaran al ocaso. 

Y sino es al ocaso, será a un frankenmundo de Alforjones Cojonazzos Lanzapedis, Buenas Perapeludas Mortolanas y Drs. Toribios Huevoskis. 

Un mundo de zombies nos espera, aunque de éstos ya tenemos suficientes adolescentes que pululan por las calles de las ciudades en la actualidad, esos jugadores de videos black ops, excepto que los zombies del futuro pueda que lleven cabezas de vaca, estómagos y corazones de cerdo, órganos genitales de equinos, piernas de elefante y culos de hipopótamo, para poder expulsar la caca (residuos de frankencomida) sin ningún esfuerzo dentro de un tubo de reciclaje.

¡Bienvenido al frankenmundo de mañana! Un mundo caliente, con moda caliente y con frankenanimales y frankenhumanos calientes.
 


Referencias

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Yount L. (2008). Biotechnology and Genetic Engineering. 3rd Edition. Facts On File, Inc., New York, NY, USA. 364 p.  

1 comentario:

  1. Esto será una broma de muy mal gusto verdad????
    Porque seria para mataros y ya terminar con la locura antes de que nos matéis....

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