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viernes, 29 de noviembre de 2013

ALIMENTOS SOFISTICADOS: PANECILLOS PARA SUFRIR Y ACABAR LOCO

Foto cortesía de M. S. Trullén.


Por Salvatore Scimino & Gundhramns Hammer
29 de Noviembre de 2013


Tal como las manzanas de la bruja en el cuento de Blanca Nieves y los Siete Enanitos, el panecillo en la foto de arriba es atractivo, apetitoso, ¿no es verdad? Su apariencia excita al paladar. Te dice ¡cómeme!

Las estanterías de los supermercados alrededor del mundo están abarrotados de alimentos sofisticados, entre ellos están estos panecillos artificiales.

Pero, ¿por qué sofisticados?

En el siglo XI de Nuestro Señor, William Dufty (1975) cuenta que cuando los cruzados volvieron a casa trajeron consigo unos cuantos trucos. Uno de estos trucos era utilizar azúcar como agente fermentador en la fabricación de cerveza y vino.

A esta picardía se le llamaba sophistication (sofisticación). Es decir, según Dufty (1975), sofisticar la cerveza era corromperla y arruinarla añadiéndole una sustancia extraña e inferior. Y el azúcar era extranjera, extraña y de inferior calidad a los ingredientes de la cerveza, malta y lúpulo (Humulus lupulus).

Por lo tanto, en la Edad Media en Europa, el proceso de sophistication estaba prohibido. Si las autoridades te pillaban añadiéndole azúcar a los barriles de cerveza o vino, te enviaban a la picota, al calabozo o a la horca.

Debemos recordar que la cerveza en esos días era en cierta manera algo sagrado. Era considerada como pan líquido. Su fabricación llevaba nada más que malta y lúpulo, mencionados anteriormente.

Pero la cerveza en aquellos tiempos no era la cosa sofisticada de hoy día que contiene diversas sustancias extrañas (extranjeras), como por ejemplo el isinglass.

El isinglass es un polímero extraído de la vejiga natatoria de ciertos peces [esturiones (Acipenser spp.), peces gato (Pangasius spp.), etc.] y utilizado como agente decantador de la levadura para acelerar el proceso de la fabricación de la cerveza y darle el color dorado característico de esta bebida. 

Entonces, desde esta perspectiva, los alimentos empaquetados que compramos en los supermercado son alimentos sofisticados, adulterados, sapientizados o humanizados en el sentido de que son producto de artimañas artificiales en el laboratorio de tecnología de alimentos.

Son producto del genio del Homo insapiens que está empeñado en convertirse en alien a toda costa en el patio de su propia casa, como dice Gundhramns Hammer (2013).

Pero no seamos tan ingenuos como Blanca Nieves. No dejemos que la bruja del cuento de la tecnología de alimentos haga un sanchocho con nosotros tan fácilmente.

Básicamente somos lo que comemos. Somos sacos de mierda. Pero más que todo somos sacos de bacterias. Según las investigaciones microbiológicas, se estima que hay 10 bacterias por cada célula de nuestros cuerpos. Por lo tanto, las bacterias son los titiriteros y nosotros los títeres.

Entonces, será mejor que lo que comamos y le demos a las bacterias simbióticas que habitan dentro de nuestros intestinos (1X1013-1X1016) sea sano y de buena calidad, cuando se pueda.

Después de todo, si nuestras bacterias están sanas y contentas también nosotros estaremos sanos y alegres. Del estado de salud de ellas depende nuestra salud.

Asi es que será mejor tener cuidado con lo que comemos.

Desde este punto de vista, en cuanto a los panecillos sobre los que estamos hablando, han sido comprados con el propósito de averiguar de qué están fabricados. Queremos averiguar qué les echaron para sofisticarlos. 


Los panecillos sofisticados para sufrir y acabar loco 

En el paquete que los contenía hemos leído lo siguiente:
  • Sin trigo 
  • Sin glúten
Ingredientes: 
  • Almidón de maíz
  • Huevo líquido pasteurizado
  • Azúcar
  • Margarina (grasas)
  • Aceites vegetales
  • Agua
  • Aromas
  • Colorante (beta-caroteno)
  • Semillas de lino
  • Fibra vegetal
  • Levadura
  • Sal
  • Espesante (E-415, E-464)
  • Emulgente (E-471)
  • Emulgente (E-471, E-481)
  • Acidulante (ácido cítrico)
  • Conservador (sorbato potásico)
  • Conservador (Propionato de sodio)
  • Envasado en atmósfera protectora 

Los panecillos han sido expertamente empaquetados de tal manera que sobresalgan entre los demás productos de su competencia. Nada ha sido dejado al azar.

Psicólogos, sociólogos y tecnólogos de alimentos han metido el pico para que tú caigas en la trampa. En la trampa de la compra. Todo se reduce a lo económico.

Si estos panecillos no tienen trigo ni glúten, entonces nos preguntamos, ¿de qué demonios están fabricados? ¿Qué en realidad contienen?

Nuestra aventura de investigación nos ha llevado hasta el fondo de cada uno de los ingredientes de estos panecillos, una auténtica manzana de bruja. Al menos, hasta donde hemos podido llegar. La Tabla 1 resume el resultado de lo que hemos investigado.

Tabla 1. La sofisticación de unos inocentes y atractivos panecillos procedentes de la Era del Plasticoceno del hombre (Homo insapiens).
Ingrediente
Observaciones
Efecto en la salud
Almidón de maíz
Generalmente obtenido de maíz transgénico, en cuyo cultivo se emplean herbicidas (glifosato, atrazine, S-metolachlor, nicosulfuron, mesotrione, etc.) e insecticidas (terbufos, thiodicarb, methomyl, indoxacarb, permethrin,  cyfluthrin, etc.).

Por lo tanto, contiene residuos de insecticidas y herbicidas.
Su consumo puede causar alergias, dolores de cabeza, picazón en el ano y el área perianal, hemorroides, dolor de estómago, estreñimiento, dolor abdominal en el área de la apéndice (confundible con apendicitis), artritis, problemas renales, síndrome de las piernas inquietas, entre otros. El exceso puede provocar apendicitis. Produce efectos mutagénicos y citotóxicos.

Altera la microbiota intestinal.
Huevo líquido pasteurizado
Producto obtenido a partir de huevos de gallinas arsenicadas, hormonadas, torturadas y alimentadas con piensos fabricados a base de soja y maíz transgénicos, los cuales contienen residuos de herbicidas, fungicidas e insecticidas.

El huevo líquido pasteurizado usualmente contiene otros productos alimenticios (e.g.., grasa de cerdo) y conservantes añadidos durante el proceso de pasteurización [ácidos (sórbico, benzoico y láctico), sulfato de aluminio, peróxido de hidrógeno, citrato de sodio, epóxidos (óxido de etileno y óxido de propileno)], los cuales pueden reaccionar con las proteínas de los huevos y producir clorhidrinas), triacetin (TA), sulfato de lauril de sodio (SLS), citrato de trietil (TEC), fosfato de trietil (TEP) (U.S. Department of Agriculture, 1969).

Además, las latas que contienen el huevo líquido pasteurizado (sofisticado) son sometidas a radiación ionizante (UV; rayos beta, gama y X) para destruir bacterias (Salmonella spp.) (U.S. Department of Agriculture, 1969; Mossel, 1960).
Puede causar diarrea, alergias, asma, bronquitis, alergías cutáneas, problemas del riñon, hiperactividad, nauseas, alteraciones emocionales, artritis, Mal de Parkinson, autismo, enfermedad de Alzheimer, varios tipos de cáncer (hígado, huesos, riñón, mama, testículos, ovarios), entre otros problemas médicos.

Su consumo lleva el riesgo de contraer Salmonella (S. enteritidis, S. typhimurium, S. senftenberg).

Altera la microbiota intestinal.
Azúcar
Obtenida de caña de azúcar (Saccharum officinarum) o remolacha azucarera (Beta vulgaris).

Azúcar de caña: Procedente de cultivos donde se utilizan decenas de productos químicos: herbicidas [glifosato, pendimethalin, dicamba (ácido 3,6-dicloro-2-metoxibenzoico), diuron, trifuralin, carfentrazone-ethyl, atrazine, krismat, dual gold 960EC, sunstar 15WG, etc.], insecticidas (orchex, actara 25WG, kurifost 40EC, ethion, furadon, curacron, asophate, confidor, jozer 202SL, etc.), y el famoso madurador ethephon o etefón (ácido 2-cloroetilfosfónico), el cual es un regulador de crecimiento vegetal, y cuya función al aplicarlo es acelerar el proceso de maduración de la caña de azúcar.

Azúcar de remolacha: En el cultivo de la remolacha azucarera se emplean una gran variedad de herbicidas (gramoxone, pyramin DF, poast, select, outlook, stinger, nortron SC, ro-neet, eptam, teflan, betamix, pogress, etc.), insecticidas (malathion, terbufos, benomyl, lambda-cylalothrain, carbofuran, carbosulfan, thiram, phoxim, imidacloprid, fenthion, methidathion, cypermethrin, etc.) y fungicidas (stratego, laredo, eminent, topsim M, gem, headline, disperss, microthiol).

Y el refinamiento o proceso de sofisticación del azúcar en la fábrica (ingenio) implica una serie de procesos donde se utilizan ciertos compuestos químicos (dióxido de azufre, hidróxido de sodio, fosfato de sodio, ácido fosfórico, dióxido de carbono, hipoclorito de sodio) para obtener el producto que todos conocemos, azúcar blanco.

No debemos olvidar que durante el proceso de la preparación del azúcar refinado se suele utilizar carbón de huesos de animales para filtrar el licor base extraído de la caña de azúcar en el ingenio.

Las fábricas de carbón animal no utilizan el cráneo ni la espina dorsal para prevenir cualquier contaminación por animales con el “mal de las vacas locas” (encefalopatía espongiforme bovina, BSE) cuyos priones (partículas proteínicas infecciosas) se cree está implicados en causar la enfermedad llamada enfermedad variante de Creutzfeldt-Jacob, (vCJD) en los humanos al comer carne infectada.

Considerando que el periodo de incubación de los priones es largo, por ejemplo, los priones que infectan a los humanos tienen una incubación que puede exceder los 50 años (Collinge et al., 2006), nadie sabe si los huesos, la  médula ósea o los residuos de carne adheridos a los huesos para fabricar el carbón animal proceden de vacas con priones de BSE en etapa de incubación y por lo tanto están contaminados con priones que causan la BSE y luego puedan provocar la vCJD en humanos. Simplemente se asume que no hay peligro.

Para preparar el carbón animal, los huesos son sometidos a altas temperaturas (400-500 ºC) en hornos de la fábrica.

Pero hay un problema. Los priones de la BSE son resistentes a altas temperaturas, sustancias químicas corrosivas, radiación ionizante y ultravioleta.

Se necesitan temperaturas igual o mayores a 1000 ºC para desactivar los priones (e.g., el prion de la scrapie o tembladera de ovejas; Brown, et al., 2000) y aún así existe el riesgo de contaminación.

Los priones del mal de las vacas locas (BSE) pueden ser sólo desactivados siguiendo rigurosos protocolos de laboratorio pero no destruidos. Los priones de la BSE son  practicamente indestructibles.

Por otra parte, los biotecnólogos ya han creado caña de azúcar transgénica, resistente a gusanos barrenadores (Insecta: Lepidoptera: Diatraea spp.) que dañan las plantas (Arencibia et al., 1997).

Los  expertos han incorporado ciertos genes mata-insectos (genes de la δ-endotoxina)   de la bacteria Bacillus thuringiensis (Bt) en la caña de azúcar, de tal manera que la planta produce su propio insecticida contra el gusano. Una caña
de azúcar transgénica es más bien un paquete de insecticida.

La caña de azúcar Bt transgénica requiere menos fumigaciones de insecticidas.

También hay remolachas azucareras transgénicas, resistentes o tolerantes a herbicidas como glifosato (Märlander, 2005; Kniss, 2010), imidazolinone (Kishchenko et al., 2011), phosphinothricin (glufosinato) (Kishchenko et al., 2005) o tolerantes a la sal (Liu et. al., 2008).

Por lo tanto, el azúcar procedente de ambas plantas (caña de azúcar y remolacha azucarera) está contaminado con residuos  dañinos para la salud. Este azúcar está faqueado (fucked up).
El azúcar refinado es una droga y un veneno. Es una de las sustancias más dañinas para la salud. Es sabroso al paladar pero extremadamente faqueante (to fuck up, joder) para la salud.

El exceso de su consumo convierte a los humanos en bichos temperamentales, peresozos  y hambrientos. 

La Dra. Nancy Appleton (2011) ha señalado 146 razones de porque el azúcar arruina la salud de cualquier persona.

Según Appleton (2011), el azúcar causa una gran variedad de enfermedades, entre las que están: inhibición del sistema inmunológico, provoca deficiencias de cobre y cromo, interfiere en la absorción del magnesio y el calcio, provoca un aumento rápido de la adrenalina, daña el páncreas causado diabetes tipo 1 y 2, está ligado al desarrollo de cáncer de varios tipos (páncreas,  pecho, ovarios, próstata, recto, tracto biliario, vesícula biliar, pulmones y estómago), contribuye a la obesidad, causas dolores de cabeza y migraña, debilita la vista y causa cataratas y miopía, produce várices, provoca hemorroides, causa artritis, conduce a osteoporosis, produce síndrome de piernas inquietas, puede provocar caries y gengivitis, provoca trastornos hormonales, causa depresión, provoca ansiedad e irritabilidad, induce crisis epilépticas, produce fatiga crónica, resta elasticidad y funcionalidad a los tejidos, produce alergias alimentaria y conduce a enfermedades cardiovasculares.

En los niños, el consumo de azúcar causa hiperactividad, ansiedad y dificultad de concentración.

En la mujeres, el azúcar aumenta el crecimiento del hongo Candida albicans, el agente causante de la enfermedad candidosis vaginal.

Adicionalmente, existe el riesgo de contraer priones de BSE al consumir azúcar blanco, en cuya preparación se haya utilizado carbón animal de vacunos infectados con BSE. En otras palabras, comer azúcar podría volverte loco, acabar con la enfermedad de las vacas locas.

El consumo de azúcar es un vicio que crea adicción como las drogas. Avena et al. (2008) han aportado evidencia de la base conductual y neuroquímica de la adicción al azúcar.

Entre el azúcar blanco y la carne, ¿no será debido a su consumo que la gente ya está practicamente loca?

Finalmente, el azúcar altera la microbiota intestinal.

El libro de Dufty (1975) es una de las mejores obras sobre el azúcar, desde cualquier punto de vista. Recomendamos su lectura.


Margarina (grasas)
Fabricada de la manteca de los animales (vacas, cerdos, ovejas) del matadero o de origen vegetal, pero en este caso suele indicarse y no está especificado en el envase como producto vegetal.

En ambos casos, existe el problema de residuos de xenobióticos.
Produce dolores de cabeza, artritis, problemas cardíacos, inflamación intestinal, cáncer de colon, cáncer cerebral, almorranas, etc.

Altera la microbiota intestinal.
Aceites vegetales
Aceites procesados generalmente obtenidos de aceite de girasol, soja y maíz transgénicos (Ver Almidón de maíz en esta tabla) y palmera aceitera (Elaeis guineensis). Ver Colorante en esta tabla.

Son productos contaminados con residuos de herbicidas, insecticidas y fungicidas.

Además, en el proceso de refinado se utilizan hidrocarburos (e.g., hexano).
Dolores de cabeza, problemas renales y cardíacos, cáncer de mama, cáncer de testículo, cáncer de colon, dolor en las articulaciones, artritis, etc.

Altera la microbiota intestinal.
Agua
El agua usualmente procede de fuentes contaminadas (shiteadas,mierdeadas) por el hombre (Homo insapiens), luego es sometida a un proceso de potabilización y al final es “purificada” con cloro.
El agua clorada ingerida o absorbida cutáneamente puede causar cáncer de riñones y vejiga, tumores cerebrales, efectos mutagénicos y citotóxicos.
Aromas
Este es uno de los tantos nombres que tiene el glutamato monosódico o monosodium glutamate (MSG).

El MSG fue aislado de una alga marina (Laminaria japonica) por el Dr. Kikunae Ikeda, un japonés de la Universidad Imperial de Tokio por primera vez en 1908. Este científico y su amigo farmacéutico Saburosuke Suzuki montaron en 1909 la Compañía Ajinomoto para explotar su invento, de aquí viene a que el MSG sea conocido como Ajinomoto en Oriente; una palabra que en japonés significa esencia del paladar.

El MSG fue introducido en los 1930s en los Estados Unidos, pero al princípio no tuvo buena aceptación.

En 1948, se reunieron el jefe intendente de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y los gerentes de las más grandes empresas alimentarias estadounidenses en el
Hotel Steven en Chicago y celebraron un simposio (Schwartz, 1999).

El principal propósito de la reunión era cómo hacer más sabrosas las raciones de comida del ejército y para ello echaron manos del MSG de los Orientales.

Este fue el punto de partida de la industria multimillonaria del MSG en el mundo entero.
El MSG es problamente uno de los aditivos más peligrosos para nuestra salud utilizado en la industria alimentaria, con la venia de sanidad.

El MSG está prácticamente en todos los alimentos procesados.

En individuos sensibles, el MSG causa múltiples síntomas: alergias, hinchazón de la lengua, acidez gástrica, (agruras, acidez o pirosis), reflujo gastroesofágico, ardor en el estómago, dolores de estómago, calambres estomacales, nausea, vómito, dolores de cabeza, migraña, dolores musculares, dolores en las articulaciones, pérdida de memoria, altibajos emocionales, mareos, fatiga, problemas oculares, dificultad de respiración, brazos y piernas dormidos, debilidad, hiperactividad (niños), asma, ataques epilépticos, esquizofrenia, obesidad, dolor en el pecho, problemas cardíacos (en algunos casos pueden confundirse con infarto cardíaco), trastorno de los órganos reproductores, depresión, insomnio, inflamación del colon, dolores abdominales, picazón en el ano y área perianal, almorranas, síndrome de piernas inquietas, picazón en la planta de los pies y un largo etcétera (Schwartz, 1999).

El MSG produce cáncer, venas varicosas y altera la microbiota intestinal.

A pesar de que el consenso general sobre sales de glutamato como aditivos alimentarios considera  que el MSG es inócuo (e.g., Beyreuther  et. al., 2006), nosotros consideramos que Schwartz (1999) ha dejado claro que el MSG no es nada bueno para la salud.
Colorante (beta-caroteno)
Agente colorante conocido como E-160e [beta-apo-8´-carotenal (C30)]. Es un producto sintético.

El beta-caroteno natural es un miembro del grupo de los carotenoides, compuestos liposolubles y pigmentados (anaranjados, rojos, amarillos). Este, junto con los carotenos alfa y gama, son pro-vitaminas, es decir se pueden convertir en vitamina A, la cual es muy importante para la salud.

El beta-caroteno está presente de manera natural en hortalizas (e.g., zanahorias) y frutas (e.g., calabazas, batatas) de color anaranjado y rojo, cereales, granos y aceites.

El beta-caroteno utilizado en la industria alimentaria es extraído de la fruta de la palma aceitera (Elaeis guineensis) cuyo cultivo extensivo está implicado en la destrucción de las selvas tropicales y la biodiversidad; de maíz transgénico o a base de fermentación utilizando hongos (Blakeslea trispora, Serratia marcescens, Saccharomyces cerevisiae, Rhodotorula spp.) y de cultivos de algas (Haematococcus pluvialis, Dunaliella bardawil, D. salina).

Generalmente, la industria alimentaria utiliza un beta-caroteno completamente artificial y químicamente diferente del extraído de fuentes naturales.
Personas que consumen una buena cantidad de frutas y verduras ricas en carotenoides  tienen menor riesgo de cáncer.

Pero el beta-caroteno sintético, la forma encontrada en los suplementos vitamínicos en los supermercados, no es recomendable, pues tiene el efecto contrario.

El beta-caroteno (sintético) puede causar alergias y dolores de cabeza.

El beta-caroteno era considerado hasta hace poco inócuo pero recientemente se ha encontrado que interactúa con etanol. La combinación de beta-catoteno y etanol produce hepatotoxicidad (Leo & Lieber, 1999).

Además, fumadores de tabaco que también consumen etanol y suplemento de beta-caroteno tienen más riesgo de contraer cáncer de pulmón (Leo & Lieber, 1999; Russell, 2002; Netzer, 2000).

Según la evaluación de la European Food Safety Authority (2012), β-apo-8´-carotenal (E-160e) puede producir trastornos del sistema reproductor, riesgo de cáncer y efectos mutagénicos y citotócicos en animales experimentales.

El beta-caroteno sintético altera la microbiota intestinal.
Semillas de lino
Las semillas de lino (Linum usitatissimum) son utilizadas ampliamente en la industria alimentaria.

Existen varias variedades de lino, entre ellas está la FP967, conocida tambien como CDC Triffid, la cual es transgénica (GM). Este GM lino ha sido encontrado en los controles de los productos de cereales y panadería en 10 países europeos, incluyendo Alemania, donde ya llevan varios años cultivándola.

Uno de los principales problemas del cultivo del lino es el control de las “malas hierbas” y las plagas de insectos y hongos.

Bromoxynil, MCPA (ácido 2-metil-4-clorofenoxiacético), bromoxynil+MCPA, glifosato, aim (carfentranzone), spartan (sulfentrazone), curtail M (clopyralid+MCPA), clethodium, sethoxydim, dexel defol (clorato sódico), dicamba (ácido 3,6-dicloro-2-metoxibenzoico) son algunos de los herbicidas empleados en las plantaciones de lino.

Entre los insecticidas están malathion, telone y varios productos a base de piretrina. Y picoxystrobin es un efectivo fungicida muy a menudo empleado en el cultivo de lino.

Por lo tanto, cualquier producto derivado de lino está contaminado con residuos de insecticidas, herbicidas y fungicidas.
Las semillas de lino contienen glucósidos cianogénicos (linustatin, neolinustatin y linamarin), antagonista de la vitamina B 6, ácido fítico, el cual inhibe la absorción de calcio y cinc. Los primeros pueden hidrolizarse a cianuro de hidrógeno, siendo éste un potente inhibidor de la respiración celular (Prasad, 2003).

Sin embargo, la cantidad de estos compuestos es pequeña cuando las semillas de lino son usadas y se supone que es eliminada en los productos de panadería, de acuerdo a Prasad (2003).

Por otra parte, las semillas de lino poseen actividades farmacológicas que reducen el estrés oxidativo en las células y por lo tanto reducir el desarrollo de enfermedades cardíacas (arteriosclerosis hipercolestorémica). El ácido alfa linolénico, por ejemplo, produce efectos antiinflamatorios (Prasad, 2003).

Según Prasad (2003), las semillas de lino también poseen lignanos de efecto anticancer.

En general, las semillas de lino están libres de sustancias tóxicas. Sin embargo, existe la posibilidad de que cause alergias en casos de personas alérgicas a los fitatos.

Pero si los productos o subproductos elaborados a base de semilla de lino contienen residuos xenobióticos pueden causar alergias, migraña, dolores en las articulaciones, pérdida de memoria, diarrea, cáncer (hígado, colon, testículo, mama), problemas renales, etc.

Las semillas de lino con xenobióticos pueden alterar la microbiota intestinal.
Fibra vegetal
Celulosa (polisacárido) procesada de árboles.

Conocida  como Hidroxipropilmetilcelulosa (hipromelosa, HPMC), metilhidroxipropilcelulosa (MHPC), o metiletilcelulosa (E-465), sustancias orgánicas  químicamente modificadas y  preparadas comercialmente a base de la celulosa de la madera de los aserraderos. 
Causa problemas en el intestino grueso (diarrea, hinchazón o estreñimiento).

Altera la microbiota intestinal.
Levadura
Generalmente extraída de hongos transgénicos (Rhizopus spp.)

Los términos extracto de levadura o levadura autolizada son disfraces para el MSG (Ver Aromas en esta tabla).
Puede causar alergias (picazón en la piel), dolores de cabeza y problemas respiratorios (bronquitis y asma).

Altera la microbiota intestinal.
Sal
La sal natural es una sustancia químicamente denominada cloruro de sodio.

Su origen puede ser el mar o de minas de sal.

Si es natural está compuesta de 84% de cloruro de sodio y de 16% de trazas de otros minerales naturales (fósforo, vanadio, etc.) mientras que la sal sofisticada o procesada contiene casi el 98% más un 2% de aditivos antropogénicos (antiaglomerantes, agentes reológicos, etc.) tales como carbonato de calcio, carbonato de magnesio, polisorbatos,  silicato de calcio, aluminosilicato de sodio y ferrocianuro. Los dos últimos son peligrosos para la salud.

La sal sofisticada también contiene un poco de yodo y un 35% que puede ser fluoruro de sodio, fluoruro de potasio o cloruro de potasio; o sea es sal fluorizada o caliunizada, la que constituye la fuente de la sal de la gran mayoría de gente a través de los alimentos sofisticados.

Y lo que faltaba, hoy ya tenemos sustitutos de la sal natural, como por ejemplo el Senomyx, Novoxal Light, etc., a los cuales se les pone el disfraz de sabores artificiales y sanidad les da luz verde.

Para mayor detalle sobre los sustitutos de sal aprobados por sanidad recomendamos consultar el Codex General Standard for Food Additives (FAO, 1995, p. 289).

Los sustitutos de la sal son un negocio multimillonario donde vamos a encontrar a grandes compañías. Por ejemplo, el club fabricante de Senomyx incluye al Grupo Ajinomoto [el mayor fabricante de MSG (Ver Aromas en esta tabla)], PepsiCo, Cadbury/Kraft, Nestlé, Firmenich (suizos fabricantes de sabores artificiales y perfumes), Solae (fabricante de alimentos derivados de soja, incluyendo barritas y formula para bebés), y Campbell´s Soup (Burdett, 2011).

Estas sales artificiales y una gran cantidad de potenciadores del sabor son producto de investigaciones biotecnológicas llevadas a cabo utilizando células madre estraídas de fetos humanos abortados o procedentes del mercado negro de partes de  humanos. 

Antes de la era atómica la sal era extraida de mares sanos pero en la actualidad ya no es el caso, hoy los océanos han sido contaminados con metales pesadors (mercurio, cromio, cadmio, etc.), herbicidas, insectididas, mierda humana, residuos industriales de todo tipo y, para acabarlos de joder, han sido utilizados como vertedero de barriles con desechos radioactivos y bañados por la radioactividad de los desastres de Chernobyl y Fukushima, más los miles de artefactos nucleares explotados por el primate mierdero que se hace llamar “Homo sapiens” (Video).
La sal natural es necesaria para el metabolismo, pues le brinda al cuerpo dos  elementos esenciales, el sodio y el cloro.

A pesar de que la sal tiene mala fama de que está implicada en aumentar el riesgo de infarto cardíaco, los estudios más recientes han demostrado que si se reduce el consumo de la sal hace todo lo contrario, incrementa el peligro de un ataque cardíaco.

La culpa no la tiene la sal sino el exagerado consumo de azúcar refinado. Según la Fundación Weston A. Price (WAPF), el excesivo consumo de sodio puede aumentar la presión arterial en algunos individuos, pero en la mayoría de personas un incremento de sal no aumenta la presión arterial de la mayoría de personas.

El Dr. Mercola (2012) señala que si se restringe el consumo de sal puede dar origen a una amplia gama de enfermedades incluyendo diabetes 1 y 2, debilitamieno de los huesos, pérdida de abilidades cognitivas, alteraciones del desarrollo neurológico de los niños, bajo peso de los recién nacidos e hiponatremia, caracterizada por pérdida de energía, debilidad muscular, dolores de cabeza, confusión, alucinaciones, nerviosismo, nausea, vómito, incontinencia urinaria, calambres, ataques epilépticos, pérdida de conciencia y coma.

Si la sal procede de aguas marinas contaminadas con radioactividad o desagües industriales cercanos a las salineras, su consumo causa una gran variedad de problemas médicos (cáncer, mutagenicidad, citotoxicidad, etc.)

Se sospecha que los sustitutos de sal y la sal sofisticada causan cáncer.
Espesante (E-415, E-464)
E-415: Goma xantana. Se obtiene de la fermentación del azúcar y las melazas (glucosa), usualmente de maíz transgénico, por medio de bacterias transgénicas (Xanthomas campestris).

E-464: Hidroxipropilmetilcelulosa. Preparado comercialmente de la celulosa de la madera de los aserraderos, es decir de troncos de árboles, químicamente modificada en la fábrica.
E-415: Puede causar alergias.

E-464: Causa problemas en el intestino grueso (diarrea, hinchazón o estreñimiento).

Ambos alteran la microbiota intestinal.
Emulgente (E-471, E-481)
E-471: Este aditivo es una sustancia que está entre los llamados monoglicéridos y diglicéridos de los ácidos grasos.  

Estos son compuestos de esteres del glicerol, un subproducto de la fabricación del jabón, extraído agregándole soda cáustica a grasas de animal o aceites mezclados. 

E-471 es usualmente obtenido artificialmente de lecitina de soja. La lecitina se encuentra naturalmente en todos los seres vivos.

La lecitina comercial, también llamada vitelina, lecitol, calecina y granulestina, incluyendo la llamada “lecitina de soja”, generalmente es obtenida de la soja (Glycine max), de la yema de huevos o de los sesos y el hígado de animales del matadero.

Estos subproductos de animales son modificados químicamente y aprovechados para la venta en el mercado.

La lecitina de soja es también producida artificialmente de una mezcla de glicerol (E-422) y aceite de semillas de colza o canola (Brassica napus), una planta que puede ser transgénica.

Entre las colzas transgénicas está una que tiene incorporada en su genoma unos genes con cualidades insecticidas contra las orugas de la palomilla lomo de diamante (Insecta: Lepidoptera: Plutella xylostella) y el gusano del maíz (Insecta: Lepidoptera: Helicoverpa zea) extraídos de la bacteria Bacillus thuringiensis, en cuyo caso se conoce como Brassica napus Bt (Stewart et al., 1997); la colza expresando genes de guisante (Brassica napus transgénica guisante DRR206) resistente a algunos hongos (Wang & Fristensky, 2001) y la colza o canola resistente a herbicidas (glifosato, glufosinato, imidazolinone), conocidas como canola GLY-resistente, canola GLU-resistente y canola IMI-resistente, respectivamente (Beckie et al., 2011).

En fin, el E-471 es un gato por liebre.

E-481: Estearoil-2-lactilato de sodio, también llamado sal de sodio, bimol, ácido esteárico, ácido láctico, etc.

Es un producto usualmente derivado de grasas animales, principalmente de manteca de cerdo.

También lo fabrican a base de gelatina que es otro producto de origen animal, usualmente de las patas de pollo, las pezuñas de cerdos y ganado vacuno y de las colas de pescado (lo que sobra después del fileteado); o de aceite vegetal, el cual casi siempre posee residuos de herbicidas, fungicidas e insecticidas.

Es otro gato por liebre.
E-471: La lecitina de soja comercial suele ser manufacturada de soja no fermentada. Los productos de soja no fermentada son ricos en inhibidores de enzimas tales como proteasa y amilasa e interfieren en la digestion de las proteínas y carbohidratos contenidos en la soja.

En este caso, su consumo puede conducir a problemas del sistema inmunológico, digestivo y reproductivo; alergias, mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares; altibajos emocionales y pérdida de apetito sexual.

Sólo productos de soja fermentada (e.g., tofu) son recomendables para el consumo humano.

Si el E-471 es fabricado de lecitina de soja transgénica, cuya producción implica el uso de herbicidas (e.g., glifosato) e insecticidas, puede causar dolores de cabeza, dolores en las articulaciones, artritis, alergias, nausea,  visión borrosa, baja presión arterial, altibajos emocionales, depresión, síndrome bipolar, pérdida de apetito, mal aliento, dolores de estómago, dolor abdominal, diarrea, cáncer de colon, aumento de peso, etc. Su consumo excesivo causa cáncer de hígado.

Si el E-471 es de origen animal, el resultado es parecido al anterior, pues los animales de granja como las gallinas son sometidos a dietas artificiales a base de soja y maíz transgénicos e injectados con hormonas y antibióticos.

Se sospecha que E-471 produce efectos mutagénicos, teratogénicos y trastornos reproductivos.


E-471 es un gato por liebre.

E-481: Se supone que su consumo no causa ningún problema en la salud porque el ácido esteárico y el ácido láctico son productos normales del metabolismo.

Pero considerando que normalmente procede de productos o subproductos de origen animal o vegetal contaminados con residuos de xenobióticos (herbicidas, insecticidas, fungicidas) peligrosos, su consumo puede causar problemas médicos (dolores de cabeza, dolor de estómago, problemas digestivos, almorranas, alergias, fatiga, dolor muscular, bronquitis, etc.)

E-481 es otro gato por liebre.

Ambos alteran la microbiota intestinal.

Acidulante (ácido cítrico)
También es conocido como E-330.

Este ácido originalmente era extraído del zumo de limón pero en la actualidad es obtenido comercialmente por medio de procesos de fermentación.

En este proceso se utilizan melaza de caña y dextrosa como materia prima y hongos transgénicos (Aspergillus niger).
Al proceder de hongos, el ácido cítrico puede causar alergias si es ingerido.

Su uso externo (cosmetología) puede producir alergias cutáneas (dermatitis, exfoliación) e irritación de los ojos.

Personas sensibles al MSG, deben de evitarlo. Statham (2007) señala que E-330 puede agravar el virus herpes simplex.

Altera la microbiota intestinal.
Conservador (sorbato potásico o sorbato de potasio)
También conocido como sal del ácido sórbico (E-202). En química se conoce como (E,E)-hexa-2,4-dienoato de potasio.

Se manufactura combinando hidróxido de potasio con ácido sórbico.

Puede contener quitosán, unido covalentemente al sorbato potásico, para mayor efecto antimicótico en la industria alimentaria.

El quitosán (quitosano, chitosan) es un producto obtenido a base de la caparazón de camarones y gambas.

Islandia es uno de los mayores productores de quitosán en el mundo.
Puede causa alergias pulmonares y cutáneas, problemas renales, diarrea, nausea.

El sorbato de potasio es tóxico via IP para ratones de laboratorio. Causa efectos mutagénicos (Ash, 2008).

Altera la microbiota intestinal.
Conservador (Propionato de sodio)
También conocido como E-281, ácido propiónico o sales de sodio.

El propionato de sodio es la sal del ácido propiónico, un ácido orgánico en el cuerpo al metabolizar azúcar, amino ácidos y algunos ácidos grasos.

El ácido propiónico puede ser obtenido artificialmente de varias formas: por medio del gas natural al ser sometido al proceso de Fischer-Tropsch, como un subproducto de la pirólisis de la madera, y por la acción de microorganismos sobre múltipls materiales como substrato. EL ácido propiónico puro es producido a base de propionitrilo en el laboratorio (U.S. Environmental Protection Agency, 1991).

El ácido propiónico es mutagénico (Federation of American Societies for Experimental Biology, 1979).

En la producción de ácido propiónico por medio de bacterias generalmente se utilizan cepas transgénicas.

La forma sintética del propionato de sodio (sodium propionate MSDS, Impedex, Mycopan o Napropion) se utiliza en la industria alimentaria (e.g., quesos, carnes molida, pan, repostería, etc.) para evitar el crecimiento de hongos y bacterias.

El propionato de sodio es una de las sustancias  químicas  que hace que las hamburguesas de McDonald no se descompongan por mucho tiempo, por lo que en los medios de comunicación sean conocidas como hamburguesas eternas o biónicas.
En su estado químico puro, el propionato de sodio es considerado como combustible, no produce llamas y emite gases tóxicos. Si es inhalado irrita la garganta y produce catarro y sensación de quemazón y dolor en los ojos. El contacto con la piel causa irritación hasta producir ampollas. Ingerido es tóxico (Inchem, 2011).

En general, el consumo excesivo de propionato de sodio sintético puede causar alergias, asma, dolores de cabeza y musculares, ataques epilépticos, pérdida de cabello, problemas cardíacos, diarrea, diabetes, hipomanía (alteración emocional persistente euforia o irritabilidad), hipersexualidad, síndrome bipolar (trastorno afectivo bipolar), Gran Mal (convulsiones tónicoclónicas, caracterizadas por pérdida de conciencia, rigidez, detención de la respiración, cefalea, confusión, somnolencia, dolor muscular, nauseas o cualquier combinación de estos síntomas).

En los niños, los propionatos en el pan causan irritabilidad, falta de atención,  inquietud y trastornos de sueño (Dengate & Ruben, 2002).

Hay evidencia que los propionatos producen efectos mutagénicos, citotoxicidad  y aberraciones de los cromosomas y el ADN (Suginara et al., 1997; Türkoǧlu, 2008).

Todos los propionatos están ligados a la migraña (Türkoǧlu, 2008).

El propionato de sodio sintético añadido a los alimentos puede alterar la microbiota intestinal.



Finalmente, veamos que quieren decir con: 

  • Envasado en atmósfera protectora 

Lo que significa es que estos panecillos fueron empaquetados en una bolsa que contiene gases CO2 (dióxido de carbono), CO (monóxido de carbono) y/o N (nitrógeno).

Sería algo así como zampar el escape del coche con el motor encendido en el envase con los panes dentro y luego sellarla para atrapar los gases. Bueno, no tanto pero sí. 


Calificación de este producto:

A estos panecillos les damos las Cinco Fs (FFFFF). Donde una F equivale a un Fuck! o sea !puta, joder!

Definitivamente, estos panecillos son para sufrir y acabar loco.

Si tú estás aún subiendo la cuesta (pre-50 años), pueda que no notes nada al consumir estos productos. Aunque hoy en día hay cualquier cantidad de niños tosigosos y enfermos con asma y otras complicaciones médicas debido al consumo de alimentos procesados, es decir altamente sofisticados, humanizados o sapientizados.

La mayoría de médicos no le pueden dar al clavo en la cabeza para el tratamiento de estas enfermedades pediátricas porque nunca en su puta vida han tomado un curso de nutrición. No relacionan nutrición con salud, ni tampoco toman en cuenta el papel que la microbiota o flora intestinal tiene sobre la salud.

En la actualidad, ya se sabe que gran parte de los problemas médicos que los humanos padecen están relacionados con su dieta sofisticada e insana.

La ignorancia sobre nutrición de los médicos causa mucho daño y a veces mata lentamente, pues hay muchos que desde que abandonaron la facultad de medicina nunca más han vuelto a poner sus putas manos en un libro.

Van por allí diciendo que le des a tu niño mucha carne (carne de pollo; chuletones de cerdo transgénico; ambos procedentes de factoría de animales donde son hormonados y antibioticados), galletas sofisticadas y traumatizadas (a base de soja transgénica) y un vaso de leche procesada (líquido blanco adulterado, irradiado con rayos gama, de vacas hormonadas y antibioticadas) para que el vástago crezca fuerte.

Es una dieta típica que los médicos frecuentemente recomiendan para que al niño se le pasen los ataques de enfermedades tales como prolapso anal, asma, falta de atención, etc.

Adicionalmente, se ha puesto de moda tratar los problemas respiratorios (asma, bronquitis alérgica) de los niños o adultos con inhaladores (broncodilatadores), los cuales llevan sustancias químicas peligrosas que pueden dañar el hígado o los riñones. Más otros tantos productos farmacéuticos que son recetados para calmar los achaques por un rato y que a la larga pueden joder el cerebro en desarrollo de los niños. 


Todos acaban jodidos en el salón de baile 

Ante esta situación, no debemos caer en la trampa de señalar a un sólo culpable. Todos somos culpables del cul-de-sac actual en el que estamos zampados.

Nuestras ocurrencias científicas y tecnológicas acumuladas y pasadas a las futuras generaciones por medio de la escritura han contribuido a que nos multipliquemos de manera excesiva, lo que ha traído un gran deterioro medio ambiental dondequiera que estemos sobre la Tierra, pues aún los “indios” de la selva causan daños. Estos practican el método de la tala y quema. No joden más porque son pocos en una gran extensión de bosque pero sácalos de su cuchitril y los verás danzar desorbitados y emborrachados.

Hablando ecológicamente, los humanos somos unos auténticos idiotas. Estamos entre la espada y la pared.

Por un lado, vivimos apiñados en grandes ciudades, que en realidad son cánceres sobre la Tierra, y demandamos productos frescos y sanos pero nosotros no los producimos.

Por otro lado, los agricultores de monocultivos tienen que lidiar con las plagas de insectos, hongos y las “malas hierbas”. Los monocultivos y el uso intensivo de biocidas y abonos químicos causan un desequilibrio ecosistemático.

Para que a los agricultores les salga rentable su negocio, en primer lugar, las semillas deben ser tratadas con fungicidas e insecticidas. Luego, en segundo lugar, los monocultivos son fumigados con una amplia gama de productos químicos (herbicidas, fungicidas, acaricidas, insecticidas, herbicidas), agentes causantes de muchos problemas ecológicos, entre ellos el declive de las poblaciones de las abejas (Apis mellifera).

En este proceso, todos salimos perdiendo. Todos salimos jodidos. La base de la producción de los alimentos - el suelo, el agua y el aire - acaban contaminados. El medio ambiente acaba jodido. Y al final de la cadena estamos nosotros, quienes también acabamos jodidos.

Por lo tanto, lo que tenemos es una secuencia enferma:

Suelos insanos Alimentos insanos Gente insana

Y por último, la industria alimentaria está enfrentada al problema del ataque de los microorganismos en los alimentos procesados y envasados, envueltos para colmo de males en el maldito plástico con ptalatos.

Para prevenir este problema, mantener a los alimentos fuera del alcance de las bacterias y hongos, al menos unos cuantos días o meses y así no tener pérdidas económicas que los lleven a la quiebra, y que además los consumidores tengan lo que quieren comer a la hora que lo quieran comer, los empresarios de la cadena alimentaria echan manos de los tecnólogos de alimentos y otros especialistas para que inventen sustancias químicas contra los microorganismos para que no destruyan la comida empaquetada.

El resultado es una montaña de sustancias químicas artificiales que son añadidas a los alimentos (Tabla 1) para mantener a raya por un tiempo a los microorganismos.

Y para asegurar la supervivencia de los esclavos modernos para su contínuo ordeño de impuestos para mantener a una enorme cuadrilla de chupópteros burócratas y prevenir que no acaben muertos por las toxinas producidas por los microorganismos que quedan atrapados en los paquetes de los alimentos procesados, entonces, en este drama, sanidad entra en el baile y no baila para quien debería de bailar sino que baila para los que hacen bailar a la gente que le gusta bailar al ritmo de los bailes de los que escriben los bailes, aunque los que escriben los bailes dependen del baile de los que bailan en la escena del baile del consumo.

Al final, todos bailan. Y todos acaban jodidos en el salón de baile.

Todos acaban faqueados (fucked up) y echos mierda porque lo que comen es mierda de su mierda producida a base de mierdas que echan mierda a lo que no debería de tener mierda para que no les devuelva la mierda, pues la Naturaleza siempre devuelve la mierda que el atrevido e idiotizado hombre (Homo insapiens) le echa a ella, el contaminado ajuar de sus afanes industriales. 


Conclusión 

Hemos averiguado que estos panecillos son definitivamente un gato por liebre. Son un producto sofisticado. Son alimentos faqueados (del inglés, fucked up = jodido, pisado). Son panecillos para sufrir y acabar loco.

Son alimentos que servirár para shapeshiftear (transformar) al Homo insapiens en alienígena en el futuro, si es que este primate ecológicamente estúpido tiene futuro.

Resumiendo de manera general, los síntomas más comunes que causa el consumo de pan artificial (pan sofisticado) son:
  • picazón en varias partes del cuerpo (culo y área perianal, ingle, cojones, vulva, cuero cabelludo, axilas, planta de los pies),
  • sensación de gusaneo en los vasos sanguíneos de las piernas y los pies,
  • hemorroides,
  • estreñimiento,
  • dolores de las articulaciones,
  • incremento de la sensibilidad a las radiaciones no ionizantes (RNI) de la telefonía móvil (800-2100 MHz), lo que puede conducir al RLS/SPI (restless leg syndrome, síndrome de piernas inquietas), desesperación, depresión, jaquecas, migraña, dolor muscular, diarreas, trastornos hepáticos y renales, pérdida de apetito, insomnio, etc.,
  • irritación de la mucosa del sistema respiratorio, lo que puede dar lugar a ataques de estornudos, bronquitis y asma,
  • alteración de la microbiota intestinal (MI), también llamada el órgano microbiano.
 

De todos los síntomas acabados de mencionar, el último (la alteración de la MI) está entre los más preocupantes, pues se sabe que las bacterias comensales intestinales afectan al cerebro por medio de sustancias neuroactivas como la serotonina, la melanina, el GABA (ácido aminobutírico gama); catecolaminas, histaminas, acetilcolina y gases (CO, H2S, NO), dando origen a una serie de enfermedades entre las cuales están la depresión, el síndrome de colon irritado, el RLS/SPI (restless leg syndrome/síndrome de la piernas inquietas), diabetes tipo 2 y la obesidad.

En una futura ocasión trataremos más a fondo el tema sobre la microbiota o flora intestinal y su relación con la salud.

El pan artificial, incluyendo los panecillos, y cualquier alimento sofisticado deben quedar fuera de la lista de compras, de ser posible.

Siendo así, ¿qué podemos comer? Es una buena pregunta.

Si sanidad no nos cuida como debería hacerlo, sólo nos quedan tres alternativas:

Una, en cierta manera, como dice la Dra. Deanna M. Minich (2009), “Never eat what you can´t pronounce. Lo que quiere decir que Nunca comas lo que no puedes pronunciar.

A la anterior nosotros le añadiremos la segunda. Si la lista de ingredientes del producto alimentario contiene algún ingrediente o subproducto del mismo repetido varias veces pero con diferentes nombres, entonces estamos ante un producto muy sofisticado. Nosotros evitamos este tipo de alimento procesado.

Y la tercera, hay que hacer como las gallinas. Antes de comer, debemos rascar mucho. Al menos, imitando a aquellas aves que aún viven en plena naturaleza antes de que un “humano inhumano”, como se dice por allí, las degüellen. ¡Una Pena!

No hay duda que así como va de sofisticación en sofisticación, al final de su loca carrera, el hombre acabará tan sofisticado que se convertirá en uno de dos: en un degenerado y loco alienígena en su propio patio o en un fósil.

Aunque también existe la posibilidad de que, antes de convertirse en un fósil, el Homo insapiens sea sustituido completamente por una PHAIM (posthuman artificial intelligence machine, máquina posthumana de inteligencia artificial) de su propia creación.

Siendo a imagen y semejanza de su creador, los PHAIMs podrían ser bichos fríamente lógicos, inteligentes y cuerdos o maniáticos, desequilibrados, emocionales y crueles o una combinación de  cualquiera o todas estas características.

Todo dependerá de cómo sean programados, quién los programe o cómo los PHAIM se programen a sí mismos en su mundo posthumano.

Si los PHAIM son torcidos, entonces cuando el espacio exterior sea invadido por estas bestias mecánicas, ¡que Dios se apiade de las criaturas orgánicas en el Universo!

En la Era Posthumana, ¿se hará realidad la historia del Cube de los Borg de la serie de ciencia de ficción Star Trek? Nadie lo sabe.


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1 comentario:

  1. Fantástico artículo, muchas gracias!!! Nuño y yo estamos enganchadísimos al blog.:-)

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